¿Quien no maldijo alguna vez las máquinas recreativas cuando aparecía aquello de “Game Over. Insert coin”? Este es uno de los juegos que más nos hizo ver esa leyenda. Creado en 1978 por Toshihiro Nishikado para Taito, el Space invaders no es que sea historia de los videojuegos, es que es casi prehistoria. 5 filas de 11 marcianos quieren destruir nuestra sencilla nave, que se puede parapetar en 4 defensas muy sencillas, y el objetivo es que los marcianos no lleguen a tierra ni destruyan nuestra nave para lo que les damos fuego seguido. ¿Clásico, no? Pues éste fue el primero.
Ésta es una emulación de una de las primerísimas versiones.
Siempre me he preguntado porque a este tipo de juegos se le llama así porque no se comen ni tampoco mojan, aunque sí es bien cierto que a veces sí nos pueden calentar un poco la cabeza y una de las funciones de las sopas es calentar. El invento es una cuadrícula llena de letras formando filas y columnas, y en ella tenemos que encontrar determinadas palabras o familias de palabras que están escondidas. Esas palabras pueden encontrarse buscando en vertical, en horizontal, en diagonal... y también de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Es entretenido para cuando no tenemos algo mejor que hacer.
Ésta es de las más variadas que podemos encontrar en la red.
La traducción de la palabra inglesa “gridlock” viene a ser algo así como embotellamiento, y se suele referir al tráfico. Pues este juego es algo similar, pero en vez de vehículos tenemos fichas y, además, no hay policías municipales, así que nosotros solitos tenemos que organizarnos y conseguir que una determinada ficha del tablero salga por un sitio determinado, y para eso tenemos que mover todas las fichas del tablero que sólo se mueven en línea recta. Después de pasar un montón de niveles no sé si podremos ir pensando seriamente en opositar a agentes de tráfico, pero sí habremos pasado un buen rato entretenidos.
Pues dicho esto, vamos a practicar un poco.
Un solitario de las más conocidos y, bajo mi opinión de los menos interesantes, porque es casi imposible por pura lógica. Se juega con baraja de póker y ponemos sobre el tapete 7 columnas de 5 cartas a al vista superpuestas de modo que sólo se pueda retirar la primera, otra carta descubierta para empezar el mazo, y el resto sería el mazo para robar. Pues el objetivo es retirar todas las cartas que hay sobre el tapete poniendo sobre el mazo la carta inferior o la superior, da igual palo o color. Hay una limitación que hace el juego casi imposible: podemos poner un rey sobre un caballo, pero no el caballo sobre el rey ni el as sobre el rey, de modo que el rey cierra el camino.
Por si no hay algo mejor que hacer, aquí os dejo uno.
Los tiempos cambian, y con los tiempos también los medios y hace 20 años nadie pensaba que el ordenador iba a ser algo tan cotidiano e incluso imprescindible en los hogares. Pues como el teclado está volviendo a ser de nuevo patrimonio de los músicos, dos de los elementos más importantes de nuestro PC son la parte que toca a todo lo multimedia y ese apéndice insustituible llamado mouse o ratón. Pues con el ratón se pueden hacer unos jueguecitos que necesitan de mucha paciencia, temple, nervios de acero y sangre fría, que consisten en ir pasando el ratón por ciertos sitios más o menos complicados evitando paredes y ciertos obstáculos.
El que presentamos ahora es corto, pero la última pantalla es casi imposible.
Pocas juegos hay más entretenidos que una foto de un paisaje, monumento o cuadro famoso hecha añicos, y recomponerla, es decir: un puzzle, el puzzle clásico de toda la vida, que los hay de 12 piezas para los niños chicos y también de más de 10000 para los verdaderos aficionados, a quienes no les importa dedicar al puzzle una gran parte de su tiempo de ocio. El objetivo es fácil: recomponer la foto encajando todas sus piezas de modo que todas entren cómodamente sin necesidad de forzar ninguna y que la foto resultante sea coherente.
¿A qué nunca habéis hecho uno con las piezas blancas?
El nombre lo dice todo: tenemos una carta central, el as de picas, que se tiene que “tragar” a todas las demás. Como se puede suponer por el as de picas, se juega con baraja de poker, y sacado el susodicho as y puesto en medio del tapete, distribuimos el resto del mazo en grupos de 3, boca arriba. El objetivo es llevar todas las cartas al mazo iniciado por el as de picas y la forma de llevarlas es poniendo la carta contigua, posterior o anterior, da igual el palo o el color. Aunque esto último aparente facilidad, el juego es realmente endiablado y se presenta como uno de los retos más difíciles con una baraja.
¿Vamos a sufrirlo un poco?
Todo un clásico e icono de la estética de los juegos de máquinas recreativas de los años 80 donde casi todos juegos eran del tipo “Space invaders”. Como casi todos, originario de Japón, diseñado por Hideyuki Mokajima. El origen de su nombre es curioso, paku-paku es una palabra japonesa que significa comer, así que el juego se llamó Puckman, pero se le cambió a Pack-Man, por la posible tendencia de angloparlantes de cambiar la P inicial por una F… Esas cosas ridículas que pasan.
El juego consiste en un muñequito que tiene que comer todos los puntos que hay en la pantalla, pero hay otros muñequitos que se lo quieren comer a él y hay que evitarlos, o comerlos… Los podremos comer en un breve espacio de tiempo en que les de da un amago de infarto y se ponen azules, esto ocurre cuando comemos alguno de los 4 puntos más gordos que hay en cada esquina. Buen provecho.
Éste es igual que el de las máquinas recreativas de los 80.
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